Algo más que una esquina.

Manuela Pedraza y Crámer. Algo más que una esquina porteña. Durante más de medio siglo, la identificación con un club que forma parte de la historia del fútbol argentino: Platense. Nació en Posadas y Callao, cuando un grupo de chiquilines de entre 15 y 18 años reunieron cinco pesos y se lo jugaron a una fija: el caballo Gay Simon, un zaino del stud Platense (chaquetilla colorada, con alamares y gorra azul), que pagó una fortuna. Los 445 pesos que cobraron del "batacazo" los invirtieron en los primeros gastos para darle vida al club con el nombre del stud y la fecha patria como partida de nacimiento: 25 de mayo de 1905.
La primera cancha, lindera con el rio, estaba siempre embarrada. Las camisetas de sus jugadores tenían el color que el periodista Antonio Palacio Zino definió como "calamares". Un apodo que perduró como un sello de identidad. En 1917, con la presidencia de Archivaldo Goodfellow (fue más de 20 años titular de la institución), le arriendan el predio de Manuela Pedraza y Crámer al doctor Carlos Delcasse. El 9 de julio de ese año, se realiza la inauguración con un partido frente a Provincial de Rosario.

Desde entonces, sus tablones vieron pasar todos los cracks de nuestro fútbol. El 28 de octubre de 1923 Carlos Gardel se sienta en la platea para disfrutar de la magia de su amigo Pedro Ochoa. Pero Platense le gana a Racing 3-1. Y la identificación con la música popular de la ciudad se convierte en un símbolo con el Polaco Goyeneche, quien cuando la fama todavía no había llegado era frecuente habitante de los tablones del viejo estadio.
Pero Platense no era sólo fútbol. El 1° de febrero de 1941 se inaugura el Velódromo, que fue por años el único que tuvo Buenos Aires. Y dos años después, en el centro del óvalo, se construye una cancha de polvo de ladrillo, donde el histórico equipo de "Los aviones" escribió las mejores páginas de nuestro básquet.
El 26 de setiembre de 1971 , Platense le gana a Newell''s 2-0, con goles de Roberto Cabral y Scarpeccio. Fue el último grito en Manuela Pedraza y Crámer, algo más que una esquina porteña.

Por PEDRO UZQUIZA de www.platense.com.ar

1 comentario:

Anónimo dijo...

que buenas las canchas viejas de tablones, tienen ese noseque...